A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle”.
El Principito
jueves, 10 de octubre de 2013
Desde mi ventana
Hay tardes que es inevitable quedarse mirando trás el cristal de mi ventana. E incluso, en ocasiones, abrirla y contemplar lo que algunas tardes nos ofrece el cielo. Os lo voy a mostrar y juzgad vosotros mismos.
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