"¡Chicos, de 2 en 2 y por la izquierda!" dijo un monitor tropecientas veces en el Camino de Santiago de los Colegios de la BVM-Irlandesas de España en julio del 2017. Pero siempre había algunos que iban de 5 en 5 y por la derecha.
"¡Buenos días, otro glorioso día en el cuerpo de marines!" dijo Alfredo cada mañana para poner en marcha a nuestros jóvenes peregrinos.
Y es que amigos, hemos sido como discos rayados cada día. Acompañados de días de niebla, noches de frío, desayunos de paté y nutella en pan bimbo, ropas que casi andan solas, sesiones para explotar ampollas, de duchas de agua fría o con chorros de agua dirigidos a cualquier parte menos a tu cuerpo e incluso, días sin ducharte (te permito que elijas la mejor opción), entre otras muchas cosas.
Pero ha merecido la pena. Ha merecido muchísimo la pena. Queridos compañeros, mejor, amigos del Camino, estos días junto a vosotros son inexplicables. Sería capaz de describir cada día todas y cada una de las acciones que hemos realizado juntos, pero no sabría expresar los sentimientos. Quizás la mejor manera es recordar cada momento junto a vosotros a través de las imágenes.
Del frío de la mañana o la noche al calor de los sentimientos que nos trasladaban cada día nuestros chicos.
De las riñas a las risas. E incluso, las risas a escondidas.
De las rutinas del día a día a las dinámicas participativas y a las reflexiones de la noche.
De las órdenes en el camino a las canciones y amigos que nos acompañaban.
De las noches y siestas en el suelo a los cálidos abrazos.
De las duchas frías a los momentos de piscina junto a ellos.
Por todo ello, podrán pasar años y caminos, pero para mí y muchos de vosotros, siempre será el primero. Los grandes expertos del camino (Alfredo, Bea y Miguel Ángel) dicen que este sentimiento no se olvida. Así me he dispuesto a inmortalizar estos días de la mejor manera que puedo expresarlo. Quedémonos con las emociones, sigamos siempre juntos la flecha que Dios nos ha puesto en nuestro camino para que estos sentimientos perduren y se hagan más fuertes. Gracias por formar parte de esta aventura, gracias por dejarme vivirla junto a vosotros, gracias por enseñarme tanto, por mostrarme el camino, por ser como sois. Os llevaré siempre en el corazón.
¡Eskerrik asco amigos! Ya me sale, Igone.
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