miércoles, 20 de marzo de 2013

La fisonomía urbana de una devoción

Nervión, "cobijo de la fe sevillana gracias al templete de la Cruz del Campo, vecino de la cuna del toreo en San Bernardo y testimonio del cauce del agua que se dirigía a la ciudad por los Caños de Carmona”. 

Quizás esta sea una más, de las posibles definiciones que podríamos realizar sobre el barrio de Nervión. De hecho, para comprender, aproximadamente, la fisonomía de sus calles y su distribución, debemos hacer un acercamiento al mismo, mediante los planos de la ciudad de Sevilla y así, investigar sobre el origen de Nervión a través los planos cartográficos conocidos.

Sevilla y sus primeros planos. Siglo XVIII Sevilla era una ciudad de gran extensión y capital de provincia que contaba con una población de 60000 habitantes aproximadamente, la cual gracias a Felipe V, Rey de España, se convertiría en Corte del país, ya que éste hizo de los Reales Alcázares, su residencia habitual. Por el contrario, es necesario recordar que, por aquel entonces, la ciudad padece graves problemas de salubridad y carece de los servicios urbanos o infraestructura necesaria para dicha población, por lo que se gestionó un debido acondicionamiento de las calles, ordenamiento de la circulación, para ello, se nombraron alcaldes de barrio, entre otras muchas cosas.

Una vez delimitado el contexto histórico, comenzaremos nuestro recorrido cartográfico con el plano más destacado de la ciudad, conocido por el nombre de su promotor, D. Pablo de Olavide (1725-1803), quien siguiendo las Ordenanzas de Carlos III, dividió la ciudad en cincuenta cuarteles que, a su vez, se subdividirían en barrios y manzanas. 

Si os fijáis bien, dado que estamos hablando de una Sevilla intramuros, persistiendo el concepto medieval de la ciudad rodeada de murallas, solamente se representa con exactitud los barrios que se encuentran frente al río, Humeros, Cestería y Carretería, esbozada Triana en el margen derecho junto con el Castillo de la Inquisición y el Convento de los Remedios como edificios significativos, San Roque, la Macarena que se traza ligeramente y nada de los barrios de la Calzada y San Bernardo. En el norte es importante destacar, el especial tratamiento que tiene la representación del parcelario rústico, que dentro del plano, sólo es equiparable al espacio al este de la ciudad que se encuentra a lo largo de los Caños de Carmona y en ambos márgenes del arroyo Tagarete.

Además, por regla general, solemos dibujar los planos geográficos señalando el Norte hacia arriba, pues es significativo como este plano, al igual que algunos posteriores, aun no se realizaba esta apreciación, por lo que el río Guadalquivir se situa en la zona inferior del plano. Cabe destacar la publicación de otro plano en 1788, realizado por D. Tomás López de Vargas, comúnmente conocido como plano de Lerena, muy semejante al ya nombrado Plano de Olavide.


La primera mitad del siglo XIX

Nos trasladamos a un nuevo siglo donde la ciudad de Sevilla sufre una epidemia de peste con un alto índice de mortalidad, por lo que su población se ve reducida, en contraposición, a la Sevilla de final del siglo pasado, donde creció demográfica y económicamente. 

En los planos del presente siglo, se comienza a representar la periferia con topografías de huertas o establecimientos que hacen referencia a lavaderos de lanas y otras fibras (cáñamo y palma) situados a lo largo de la traída de agua de los Caños de Carmona y de la Fuente del Arzobispo (actual calle Miraflores).

Destacaremos dos planos realizados por Herrera Dávila, concretamente el plano de 1848, donde se nos empieza a aportar información sobre los arrabales de la Macarena, la Calzada y San Bernardo que, si bien no se hace con precisión, es el primer documento donde se cartografía estos barrios a esa escala.


Plano de 1848. Plano de José Herrera Dávila

Al igual que el plano de Pablo de Olavide, está orientado con cruz y flecha con el norte al oeste del mapa y según bibliografía específica, es una copia del plano de Lerena de 1788, tanto en su base como en la técnica de representación. Por otro lado, se pone de manifiesto en este plano, que el mismo “recoge las mejoras hechas hasta 1848”, destacando que a partir de esa fecha hay una abundante planimetría de la ciudad: planos de plazas, calles o barrios organizados y firmados por el artífice de esas transformaciones urbanas, Balbino Barrón.


Segunda mitad del Siglo XIX

Sevilla supera los cien mil habitantes agravando también, los problemas de salubridad de la ciudad y la carencia de habitación. Además, se inaugura el ferrocarril Córdoba-Sevilla, Cádiz-Sevilla, Alcalá de Guadaíra, Huelva-Sevilla y Sevilla-Mérida, que gestionarán proyectos topográficos con los que se cartografiarán territorios a mayor nivel de detalle.

  Plano de 1868. Plano de Manuel Álvarez-Benavides y López.

El sevillano D. Manuel Álvarez-Benavides y López será el primero que adoptará los avances de la cartografía, rompiendo con el diseño de los anteriores planos de la ciudad. De hecho, no es el único plano que realizará, materializa una importante serie de planos de la ciudad. 

Como hemos indicado en párrafos anteriores, la orientación guarda un papel importante en el recorrido cartográfico sevillano, por lo que destacaremos de este plano, como el norte coincide con el margen superior. Además de la intención del autor de disponer el río de manera diagonal, para representar la mayor parte de los paseos, barriadas y los nuevos trazados ferroviarios de la periferia.


Plano de 1868. Plano de Manuel Álvarez-Benavides y López. Aproximación a la Calzada de la Cruz del Campo

Es aquí, donde haremos una aproximación a la Calzada de la Cruz del Campo, ya que la ciudad ha perdido parte de sus murallas, sobre todo al oeste y este, creándose arrecifes a lo largo de la ronda que provocarán nuevas alineaciones siendo aprovechadas para jardines, como en la Florida junto a la Puerta de Carmona. La Calzada es el último barrio que se incorpora a la planimetría de la ciudad.

Los lienzos de muralla y las puertas que subsisten son cada vez más reducidos, las alineaciones de otros tramos de la ronda se suceden (el norte con la Resolana, el este con la Puerta de Carmona y de la Carne) y se potencian las construcciones industriales y almacenes en torno a las estaciones de ferrocarril como es el caso de San Bernardo. De hecho, el trazado de la línea a Cádiz dio lugar a un foso que separaba el casco de los barrios históricos de San Bernardo y San Benito, lo que obligó al establecimiento de pasos a nivel y subterráneo y a la construcción de puentes sobre el ferrocarril.



Plano de 1884. Extracto del plano del E.M. del Ejército.

Es tal la preocupación por las inundaciones periódicas en la ciudad, que la administración de la misma tenía un cuerpo especial de funcionarios para vigilar, defender y remediar las consecuencias del río. Las murallas habían jugado una doble función defensiva: la militar y contra las inundaciones. De hecho, durante los más de 30 años en que Sevilla estuvo indefensa de las inundaciones, se produjeron algunas de las avenidas más altas de su historia.

La cartografía del siglo XX. Los ensanches y la Exposición Iberoamericana

Las condiciones de salubridad de la ciudad eran bastante perentorias en el último tercio de siglo, las canalizaciones eran insuficientes, en definitiva, la situación empeoraba conforme pasaba el tiempo. Esto hizo, que a comienzos del siglo XX, el urbanismo sevillano se planteara desde una doble visión: la necesidad de la reforma del saneamiento de la ciudad y el problema de la vivienda, que hacían pensar en un plan de ensanche de la ciudad.


Plano de 1902. Plano de Ángel Pulido.

Este peculiar plano tiene su interés por su orientación, que no tiene aparentemente explicación del por qué de la situación superior del río, donde además, se nos presenta a la ciudad en un amplio territorio bajo 3 grandes ejes representados por la Calle Oriente, los caminos a Alcalá de Guadaíra y de la Palmera, así como las canalizaciones del alcantarillado, cauces del Tagarete sin entubar… Además, ese eje antes comentado, la Calle Oriente, ya refleja la Cruz del Campo como un punto del plano importante en la zona inferior. La ciudad empieza a abrirse camino hacia ese punto de especial relevancia sevillano.


Plano de 1910. Extracto del plano de Antonio Poley y Poley.

Como se ha indicado con anterioridad, previo a la Exposición iberoamericana de 1929, Sevilla tendría resuelto los problemas de saneamiento, aunque no, la falta de vivienda y las condiciones de salubridad. Nos situamos ya en una ciudad, donde la población supera los 200.000 habitantes. 

Así mismo, mientras el Ayuntamiento promueve directamente el ensanche Sur, el capital inmobiliario impulsa el crecimiento al Este, por lo que se colmatan los alrededores de las vías del tren con talleres, pequeñas fábricas, casa de vecinos, generándose sendas barreras que reducen las conexiones centro-periferia a tres puentes: Enramadilla, Luis Montoto y Eduardo Dato. Quedando estructurado  por tres antiguos caminos: la calle Luis Montoto, Avenida Eduardo Dato y actual Ramón y Cajal. En los bordes de estos ejes, se levantan construcciones aisladas, pero, en general, está vacío hasta llegar al barrio de Nervión, tal y como observarse en la ilustración anterior donde queda reflejado el eje formado por la calle Oriente. Es en esta donde debemos destacar la existencia de los antiguos Caños de Carmona, desaparecidos en el año 1912 a petición de los vecinos por el carácter insalubre que suponía.
  

Plano de 1902. Extracto del plano del “II Congreso Nacional de Riegos”.

Con la donación de los terrenos del Marqués de Nervión en el año 1911 a la ciudad, sede por aquel entonces del Cortijo del Maestre Escuela, D. Luis Lerdo de Tejada propuso la zona como espacio óptimo  para la construcción de un barrio tipo Ciudad Jardín, tan de moda por aquel entonces. Éste debía estar compuesto por viviendas de baja altura ordenadas ortogonalmente, que significaría la primera transformación de suelo rústico promovido por capital privado, perfilándose como soporte del ensanche burgués de la capital andaluza.

Para ello, el arquitecto D. Aníbal González proyectaría el barrio de Nervión ordenado por medio de un eje central situado en la Gran Plaza.

En 1916, se desarrolla el Plan de Urbanización del barrio de Nervión y en 1921, se constituye la Inmobiliaria Nervión, cuya actuación motivó la salida del proyecto de Aníbal González ya que los herederos del propietario reformaron la idea original del arquitecto y promovieron en uno de los cuadrados insertos en el cortijo, la denominada Ciudad Jardín de la Esperanza, dentro del barrio de Nervión.

Más allá del barrio de Nervión, el cauce del Tamarguillo separa éste de otros espacios ocupados, de hecho, la misma empresa inmobiliaria que promueve Nervión, adquiere terrenos que divide en pequeños lotes, siendo ese el inicio del barrio del Cerro del Águila.

 

Además, la ilustración siguiente,  permite ver con claridad la formación de las 2 grandes vías antes mencionadas: Oriente (actual Luis Montoto) con la Sede Canónica de la Hermandad de San Benito y la Avenida de Ramón y Cajal, donde se sitúa el “Nuevo Matadero” y la Pirotecnia. Así como, no tan claro, la futura Avenida de Eduardo Dato.


 



En esta ilustración, vemos como queda reflejada a la derecha abajo, la fábrica de la Cruz del Campo, frente a ella la actual avenida de la Cruz del Campo y perpendicularmente a la misma, las avenidas de Luis Montoto y Eduardo Dato, con el templete de la Cruz del Campo en la primera de ellas y la plaza de toros de la Monumental, en la segunda.

Imagen. Barrio de Nervión.







Años 60 hasta la actualidad

A partir de los años 60, debemos destacar la construcción de bloques de viviendas de gran altura, las inundaciones del Tamarguillo, la inauguración en 1958 del Estadio Ramón Sánchez Pizjuan e incluso, el testimonio gráfico de una parte del acueducto de los Caños de Carmona. Es en dicho testimonio, donde podemos comprobar la existencia, no sólo de los Caños, sino de la Cárcel Provincial de Ranilla, construida en 1933.


 Imagen. Caños de Carmona

Desde los años 80, el barrio ha evolucionado con la construcción de oficinas, hoteles y centro comercial.  En este desarrollo, hay que incluir, en 1992, de la Estación de ferrocarril de Santa Justa y la llegada de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, la inauguración del la Línea 1 del Metro de Sevilla, que incluye dos estaciones en Nervión (Gran Plaza y Nervión), el derribo de la Cárcel Provincial, la construcción del Centro Cívico y la Jefatura de Policía Local, contribuyendo a mejorar aún más las comunicaciones del barrio con el resto de la ciudad y del área metropolitana. 


Imagen. Ortofoto

Todo ello, ha generado que el Barrio de Nervión se entienda como centro geográfico de la Ciudad, quedando totalmente integrado en ella, sin haber nacido dentro de la Ciudad Intramuros de Sevilla.

lunes, 11 de marzo de 2013

Yo te amo Ciudad, color del mundo

En el magnífico Preludio del Anuncio de Semana Santa de 2013, bajo la Voz en Off del ideólogo, Juan José, pudieron verse algunas fotos, que una vez que ha pasado el acto, me gustaría mostrar ya que fueron realizadas con mucho cariño para dicho evento. Os aconsejo que no os lo perdáis.


El tema de esta salida fotográfica era mostrar los rincones con más esencia de nuestra Ciudad de Sevilla desde un punto de vista sutil y vivo. Con el tiempo, el sentimiento se hace fotografía.

Ojos de luz
Triana

Artillería escondida
Entre lo robusto y lo esbelto
Verde Primavera

Agua
Dulce lluvia
La patria sonora de los frutos


Rumor lejano


 


El agua que dibujada mi parque



Aliento de risas

sábado, 9 de marzo de 2013

Anuncio de la Semana Santa 2013

Pues no. Definitivamente, no. No se podía hacer mejor de como se hizo ayer. Si es que ya nos lo dijo D. José Luis Garrido Bustamante:



"Qué bien se llevan los pasos
andando sobre los pies
con las mecidas cortitas
y acompasado el vaivén.

El paso se ve de lejos
que de cerca no se ve
Porque hay que ver el trabajo
De los que pueden con él
Y las levantás de ensueño
Sin que se caiga un clavel.

Qué bien se llevan los pasos
Andando sobre los pies
Y habiendo “igualao” los cuerpos
al modo de Rafael
aquel Rafael Fatiga
que capataz supo ser

sin alterar nunca un gesto
y con firmeza a la vez
maestro de los martillos
y de las voces de miel.

Qué bien se llevan los pasos
andando sobre los pies.
Se va cimbreando el palio
y los varales también
con chicotás a lo justo
¡“bueno, bueno, no corré,
duro con ella, valientes”!
(cómo va el paso, qué bien)
“pararse ahí y que caigan
los cuatro zancos a la vez”
Qué bien se llevan los pasos
Andando sobre los pies."




Las cositas llevadas poco a poco, con buena letra y con una melodía clara, aunque siempre Andante y rodeado de buena gente, hacen (como dicen los buenos amigos de ArteSacro) la coctelera perfecta para un momento mágico, espectacular, y a su vez, familiar. Y es que bajo ningún concepto este barco capitaneado por Juan José García Delgado (mi teniente y ejemplo a seguir) y Juan López Vela (mi luz que me acompaña) perdió su rumbo de Hermandad, siempre con la mayor rigurosidad y elegancia con la que sólo ellos saben llevar este tipo de eventos.  


Gracias por este buen ratito que me ha sabido a poco, donde magia y lágrima se fundieron en un instante, como decía D. Antonio Dubé de Luque: "Recordad que bajo el rostro de las imágenes están los sentimientos y el corazón del imaginero" hasta tal punto de sentirme tan orgullosa de mi Hermandad en su plenitud que ahora mismo no hay hueco para nada más. 




Pero espera espera, mi querido lector, detrás de todo ello, siempre quedan aquellas personas que con su aportación por muy pequeña o grande que sea, hacen de 10 cada evento (¿así es como me lo has dicho, Juan José?): Andrés y Luis que han hecho posible la magia de la iluminación y sonido, las azafatas Sara y María José, las fotos de muchas personas de la Hermandad, el público excepcional (grupo joven al completo, ejemplo para muchas Hermandades), la junta de gobierno y familiares que se llevan otro 10 por estar siempre ahí... y cientos de detalles.


Desde este día, y tal y como he leído a múltiples hermanos desde ayer, me hago Fan de D. José Luis Garrido Bustamante (aunque de él ya lo fuera) y D. Antonio Dubé de Luque. Sin olvidar los detalles de D. Ricardo Mora Cárdenas y su Cruz de Hermano o sus palabras a la Hermandad o del cante del Sacri o Anabel Rodríguez Rosado.
 
D. Ricardo Mora
D. José Luis Garrido Bustamante
D. Antonio Dubé de Luque
Anabel Rodríguez Rosado
El Sacri
Pero espera, no te vayas aun, mi querida Banda de Mairena del Alcor, vuélveme a interpretar "Cristo de la Sed" para volver a soñar en que me quedan días para ver a mi Cristo de la Sed salir por el umbral de la puerta.


O mejor aun, "Crux Immisa" o "el Consuelo de tus ojos" para recordar el por qué me pierdo ante su sublime mirada.

Porque aun no ha pasado un día desde la noche de ayer y aun no se ponerle calificativo, solo daros las gracias a ellos, a todos, a las pequeñas partes que forman un todo, como dijo D. Antonio, mi segunda familia, mi Hermandad de la Sed.