domingo, 8 de mayo de 2016

Se va un cachito de mi corazón


En el mes de abril del año 2015 llegó como una motita de pelo, pequeñito, no sabía cómo cuidarte. Nunca había tenido un perrito. Eras un sueño cumplido. Mi ilusión desde pequeña. ¡Tenía un perro!

Un perro precioso y era para estar conmigo. Tenía la responsabilidad de hacer que fuera feliz.  

Creció más de lo que pensábamos, le gustaban mis calcetines. Nunca me dejaba ponerme los zapatos porque quería morderlos. Pero sobre todo aprendió que le gustaba aun más, el plástico duro. Por sus dientes han pasado 3 gafas de Juan, multitud de perchas que nos encontrábamos mordisqueadas, pero nunca nunca quiso comerse nada más. Bueno, sí, los tobillos de aquellas personas a las que quería. Supongo que como muestra de enfado cuando le reñíamos. 

Nos acostumbramos el uno al otro. Cada mañana salíamos a pasear, cada mediodía y los paseitos nocturnos. Ha vivido en Sevilla, Carrión y El Puerto. De hecho, Roberto lo tenía como mejor amigo. Nunca olvidaré los juegos entre ellos. Pobre Budi el día que Roberto te conoció y te cogió de la cola y del cuello para alzarte. Desde entonces, meses de juegos y llamadas preguntando por "udi udi". Qué mala tita Ana que se lo ha llevado a Sevilla.

Pero sobre todo, en estos últimos meses, cada semana que me sentía sola, estabas ahí. Siempre a mi lado. Buscando mi cariño y yo el tuyo. 

A partir de ahora, cuando sean las 7.30 de la mañana no podré sacarte, ni estarás detrás de la puerta cuando llegue a casa. No te tendré a mis pies cuando vaya a la cocina, ni cuando ande por casa junto a mí. Cuando sean las 19:30 no me pedirás cenar y salir a la calle porque ya estás jugando y corriendo en el cielo. 

Me quedo con la pena de no haber sabido dejarte que estuvieses suelto, pero aun así en algún momento se me ha escapado que comieras algo que ha hecho que te fueras.

Se ha ido un cachito de mi corazón distinto al apartado de querer a las personas. Un amor incondicional que el que no tiene un animalito no lo entiende. No es un simple animal, es tu amigo.

Todo el amor que tenía para darte se ha quedado sin dueño. Siempre te llevaré conmigo, mi ilusión, mi perrito. Mi Budi. Adios.