viernes, 19 de abril de 2013

Nosotros, los Andaluces.

Manuel Gómez. Diario de Sevilla
Se acerca la Feria, donde más allá de nuestras fronteras Andaluzas nos ven como "FIESTA, DESCANSO, todo el día están pasándoselo bien estos andaluces...".

Puede que SI. Pero se les pasa algo por alto, algo muy importante, que desconocen nuestro espíritu, nuestra forma de ser, nuestras tradiciones... Nuestra Alegría.

Por eso, quiero dedicar un poquito de mi tiempo a explicar estos días tan significativos a todas aquellas personas que simplemente tengan un poco de curiosidad por nuestra tierra. En especial, a ese hecho tan bonito que se transmite de madre a hija, incluso de abuelas a nietas, el arte de vestirse de gitana. Y digo un arte, porque no es nada fácil, hay que dedicarle su tiempo, su saber hacer, toda una rutina.

Colores a juego para nuestras pulseras, pendientes, peineta grandes y pequeñas, flores para nuestro pelo, collares, mantoncillos, alfileres, horquillas... 

Pero a juego con cada traje que tenemos: de colores, con círculos, con flores, con rayas, de un sólo color, con complementos, sin ellos, con mantoncillo, con flecos... Todo ello guardado en nuestras cajas que nuestras madres o nosotras mismas guardamos con sumo cuidado para que año tras año podamos utilizarlos cada feria.



Y empieza el programa, elegimos nuestros complementos para el traje que hemos elegido para el día: con mangas hasta el codo, de tirantas, con volantes en los hombros... en función de lo que se lleve en esa temporada. Es más, intentamos que nuestros trajes no pasen de moda, los adaptamos para añadirles cosas nuevas, diferentes y así, poder estrenar algo cada año. 


 
Nos hacemos trenzas desde arriba o desde abajo, un moño muy redondito sin que se escape un pelo y así, recogerlo de manera tirante o mejor, muy tirante. Valientes son las que se atreven con el pelo suelto, ya que después como siempre, el calor estará presente en nuestra día a día en la feria.

Es ahí, donde horquillas en mano y peinetas las introducimos poco a poco en nuestro cabello para que queden fuertemente recogidas en él. 

Se me olvidaba, laca!! Mucha laca o gomina para que dure toda la tarde, o noche...

¡¡Mamá!! ¡¡Ayudame que se me cae la flor!! - terminas diciendo al quinto intento de que la flor quede en su sitio. En el lado o arriba.

¡Ay! siempre igual, hija...- siempre se dirá mi madre cuando la llame. Pero, ¿qué haría yo sin su forma de poner la peineta?

Nos encontramos en el momento en el que delicadamente peinadas y sin un pelo que se escape, nos maquillamos, como ya he dicho antes, a juego con nuestros colores. Además, es Feria, podemos maquillarnos con gran intensidad para que la luminosidad del día no esconda nuestro maquillaje. 

Bueno y llega el gran momento de ponernos el traje. Nuestro traje a estrenar que durante meses has estado pensando de qué color sería, o el que hemos sacado de lo alto del armario (bueno, más bien mi madre me lo baja del armario) y dejado a estirar sobre la puerta. Que incluso en ocasiones prestamos a nuestras invitadas para que se sientan Sevillanas por un día.

¡¡Mamá!! ¡¡Ayudame a subirme la cremallera que no llego!! 

Para posteriormente, ponernos los flecos sobre nuestros trajes, y sino, nuestros mantoncillos.








Ya estamos dispuestas para hacernos las fotos delante de nuestras cortinas del salón o frente a la puerta de entrada de casa como cada año. Que si una foto sola, otra con tu hermana, con tu madre, con tu novio... hasta tener mil y una foto del momento para inmortalizar lo que durante horas nos ha costado montar. 

Preparadas para ir en familia, con amigos, con tu pareja, a caballo, andando, en autobús, en metro,  en coche de caballos (los más privilegiados)...

  
 

Tradiciones que pasan de madre a hija, e hijo. ¿por qué no?


Y que nosotros aprendimos y en un futuro, transmitiremos. Tradiciones que no son sólo fiestas. Son hechos, vinculaciones, nuestra forma de ver la primavera. Nosotros, los andaluces.

*Todas las fotos que pone Grupo Joly son de Manuel Gómez. Diario de Sevilla

martes, 2 de abril de 2013

Crónica anunciada

Muy a nuestro pesar, días atrás de la semana acontecida, ya se atisbaba esta Crónica Anunciada: una semana de agua, frío y lágrimas, una Semana Santa de nostalgia.

Pero aun así, dispusimos nuestros sentidos para reencontrarnos con la Semana de los olores, de sentimientos y de experiencias...

Una semana de incertidumbres, de horas de radio, de amigos, de familia, de pétalos, de color, pero también de nubes y lágrimas, de decisiones difíciles, de ilusiones rotas, de puertas cerradas y marchas sin sonar, de estrenos sin mostrar, pero aun así, de Semana Santa.

Es por ello, que estos sentimientos no pueden quedarse en un recuerdo, debemos reivindicarlos, mostrarlos, que todos lo vean, que definamos Sevilla, y mejor, si es la Sevilla de Semana Santa. 






A sones de Cornetas y Tambores, viene el Señor de la Victoria desde el Porvenir, para mostrarle a Sevilla  su buen andar. "A paso Allegro, Costaleros, ya resuenan los tambores del Salvador".


De colores y bordados sobre túnicas de ilusión. 


Con el Movimiento bajo los árboles de la Redentora de Cautivos.


De caminos encontrados y decisiones difíciles.


Donde ella, nos guía desde el cielo, y bajas...


mientras nosotros expectantes, te observamos al pasar.


Pero sólo tu eres la razón.


Cuando nos dijiste: Toma tu Cruz y Sígueme.


Pero, quiero seguir aprendiendo de tí, para que la ilusión nunca muera. Déjame soñar un poco más.


Que siga tu estela.



Y se multiplique con intensidad.


Para volver a ser una niña cada Cuaresma.


Y nunca, nunca me sienta sola.

 
Ahí queó.