viernes, 11 de abril de 2014

La siembra del mañana (Artículo del Anuario de la Hermandad de la Sed)


“En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos les regañaban. Jesús dijo: Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el Reino de los Cielos. Les impuso las manos y se marchó de allí. Del Santo Evangelio según san Mateo 19, 13-15.


El niño es un ser vulnerable y humilde, sin ambición, ni conocimiento de la envidia, no busca puestos privilegiados, no tiene nada que decir en la codicia de los adultos, el niño tiene conocimiento de su pequeñez y su vulnerabilidad. Un niño no sabe de las grandes cuestiones y preocupaciones de los mayores. Sus pequeños avances, son grandes victorias. Su camino de cosas pequeñas, su mundo.



Y dijo Jesús: “El que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños”. Mt 8, 1-5. 10. 12-14



Sin la sencillez de los niños no se puede comprender, ni vivir según el Reino de los Cielos predicado por Jesús. Es así como nos hace saber Jesús, que el más humilde será el más grande ante el Padre, sin importarnos su nivel, la jerarquía o rango y papel que se desempeñe en nuestra sociedad.



La juventud, como tesoro de nuestra Hermandad, tiene un papel fundamental en su vida, ellos son el futuro, las semillas que germinarán. Pero, en esa búsqueda de la identidad personal en la que se encuentran, los adultos tenemos el deber de contribuir en su aprendizaje como cristianos. Para tal fin, la juventud es la protagonista de muchos de nuestros actos de la Hermandad. 


En Septiembre, nos encontrábamos inmersos en el Mes de la Virgen. Nuestra titular, Santa María de Consolación Madre de la Iglesia nos esperaba. Una nueva oportunidad de estar más cerca de la Santísima Virgen para orar y hablar con ella, de reflexión y como no, de Hermandad.  Un mes dónde fueron múltiples los actos organizados en torno a nuestra titular. 


Como cada año en el mes de Septiembre, Santa María de Consolación Madre de la Iglesia visitó una institución del barrio de Nervión en su Rosario Público, en esta ocasión, el Colegio de las Salesianas. El motivo del evento no es otro, que la unión de la Santísima Virgen con los niños y así, crezca en ellos, el amor y adoración hacía la Virgen. 


Días de preparación para el Rosario Público, donde los niños también serían los protagonistas de ello. De hecho, este año, Santa María de Consolación portaría a sus pies, unas flores muy especiales. Un regalo para ella convertido en flor de papel que los más pequeños elaboraron junto a sus padres, hermanos, amigos, etc. Ésta flor no era una flor normal, ya que en su interior aguardaban las peticiones más sinceras de los niños para su Virgen. Nunca había acompañado un exorno floral tan colorido y sobre todo, hecho con tanto cariño para Santa María de Consolación Madre de la Iglesia.



Muchos fueron los niños que se acercaron esa tarde a nuestra sede de la calle Valeriano Bécquer, atraídos por la curiosidad de hacerle un regalo a la Santísima Virgen. No había un hueco libre donde sentarse, tanto es así, que la escalera de nuestra Casa-Almacén sirvió de taller para tal ocasión. Una tarde, donde cada niño disfrutó dibujando, recortando y pegando su flor sólo para ella. De hecho, en alguna de ellas pude leer: “Para que mi abuela se ponga buena”.

 


La Santísima Virgen los aguardaba en la Parroquia dispuesta a estar junto a ellos. Debían prepararse para el acto: muchos nervios, risas y emoción atravesaron las puertas de nuestra Parroquia para ofrecerle a la Virgen, su regalo especial.









Los niños ansiosos esperaron a su Virgen en los pasillos de la Parroquia con la intención de mirarla y dedicarle una gran sonrisa a su paso junto a ellos. Una vez en el altar, pudieron acercarse a ella para rezarle y entregarle su petición en modo de flor y así, estar dispuesta para su salida en el Rosario Público hacia María Auxiliadora.





María, Nuestra Madre


Querida Virgen María.

Gracias por ser

nuestra madre en la fe,

por estar cerca nuestro

y cuidarnos mucho

como hiciste con Jesús-niño.

Ayúdame a crecer como Él crecía

en la Familia de Nazaret

en estatura, sabiduría y Gracia

ante Dios y los hombres.

Quiero conocer mejor a tu hijo

y a quererlo más cada día.

Quiero vivir como Jesús, y como Él,

ser buen hijo, buen hermano

y buen amigo.

Contágiame tu alegre esperanza

y tu amor a todos.

Que aprenda, como tú,

a vivir confiado en las manos de Dios.

Ayúdame a hacer crecer mi fe

como crecía Jesús dentro de tí.

Madre Buena, enséñame a seguir

los pasos de Jesús

para ser su mejor amigo

y llevarle también mis amigos a Él. Amén.



Llegó el gran día, el día 24 de Septiembre daría comienzo, el Rosario Publico de Santa María de Consolación. Muchos de los niños del Colegio de las Salesianas quisieron acompañar a la Santísima Virgen desde nuestra Parroquia, ya que este año, ellos eran los protagonistas. La emoción de acompañar a la Santísima Virgen se reflejaba en sus caras en modo de felicidad. Algunos de ellos incluso, la portaron en las proximidades del colegio y así, llevarla hasta el interior de la Iglesia del Colegio donde padres y alumnos la esperaban junto a la Imagen de María Auxiliadora.




Momentos de emoción y convivencia que los niños vivieron y recordarán como: “la visita que Santa María de Consolación Madre de la Iglesia realizó a su colegio”. Un día en el que, incluso, antiguos alumnos del colegio volvieron a sentirse niños, al ver a la titular de su Hermandad junto a María Auxiliadora en una misa en honor a ambas.



Pero, el año 2013 ha sido un año en el que también ha tenido cabida por segundo año consecutivo, la convivencia de Navidad. Después del éxito cosechado en el año anterior por el “Belén, Sed Solidarios”, diferentes sectores de la Hermandad se unirían para dar vida al “Cuento de Navidad, Sed Solidarios”: acólitos, juventud, priostía, diputados de tramos… Meses de esfuerzo y constancia que han servido de contexto para consolidar, aun más si cabe,  la  unión llamada Hermandad. 



Por la emoción que vive la juventud siendo protagonistas de la historia de la Hermandad, por el sentimiento cristiano que florece en ellos al estar junto a sus titulares, por el recuerdo que perdurará en su memoria y los valores cristianos que aprenderán, por todo y cada una de estas razones, el esfuerzo por ellos merecerá la pena.

 

jueves, 10 de abril de 2014

Matar a un ruiseñor (Harper Lee)

"Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama(EE. UU), cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Matar un ruiseñor muestra una comunidad dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, y un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color." (Casa del libro)

En una época donde ser negro era ser diferente e incluso, existían diferencias entre las familias (pienso, ¿y ahora, no?).

-No seas necia, Jean Louise- dijo la tía Alexandra-. Puedes restregar con jabón a Walter Cunningham hasta que brille, ponerle zapatos de charol y un traje nuevo, pero nunca será como Jem. Por otra parte, en esa familia existe una tendencia a la bebida que se ve desde cien lenguas de distancia. Las mujeres de los Finch no se interesan por esa clase de gente.

Con "Matar a un ruiseñor", la estadounidense Harper Lee ganó el premio Pulitzer en 1961. De hecho, en 1962, el director Robert Mulligan llevó la novela al cine por la que obtuvo dos Óscars: al mejor guión y al mejor intérprete masculino (Gregory Peck). 

Llámenme inculta si quieren, es más, me da vergüenza decirlo después de haber constatado que "Matar a un ruiseñor" es una gran novela, no conocía ni a Harper Lee y mucho menos, la película oscarizada con dos estatuillas. Inculta de mí. Pero, ¿nunca es tarde para aprender, no?

Pues bien, una vez resuelto el entuerto, corto ha sido el periodo de su lectura, fácil, las palabras que lo componen y amable pero a la vez impactante, su historia. 

El lector se adentra en un lenguaje distinto al habitual de su madurez. Scout, un simpática niña junto a su hermano Jem nos narrarán un período complicado para su familia. Su padre, Atticus, defenderá a un hombre negro ante un pueblo dividido por el color de la piel y donde, de hecho, las evidencias eran palpables en cada rincón del pueblo. 

Scout y Jem, los cuales han sido educados en la tolerancia, no entenderán la situación en la que debido a la profesión de su padre, se han visto envueltos. 

No quiero desvelar de una manera específica la trama de la novela. Es de esos libros de amables palabras, que deben ser valorados en el transcurso de su lectura. Una novela sin un final concreto, a modo de introducción - desarrollo - desenlace. No, queridos lectores. Es mucho más que eso. Déjense llevar por los pensamientos de Scout y los sucesos que ocurriran durante el transcurso del juicio.

Para comprarlo:

http://www.casadellibro.com/afiliados/homeAfiliado?ca=20689&idproducto=1261551