Hoy os hablo de un libro que me ha sorprendido bastante. Un libro de superación, de los que te engancha, de los que no puedes parar de leer.
Es una lectura para creer en la música y en la superación de uno mismo.
"Siempre que escribo tengo sensaciones musicales: el ritmo, las texturas, las melodías, el color... Intento crear sensaciones poéticas. Mantener todo eso es como mantener una tonalidad. Me hubiera gustado decirle a la gente: 'ésta es una novela en do menor', que es el tono de la Quinta sinfonía de Beethoven. Es un tono como más triste. Se utiliza para obras grandiosas pero, a la vez, con una tonalidad un poco más triste", evoca el autor.
Desde pequeña, Cecile Goldberg sabía que la música iba a ser su vida, y así fue. Nunca la abandonó. Desde el abandono de su madre cuando era muy pequeña hasta los sinsabores del amor que encontrará cuando buscaba a su madre.
Cecile busca a su madre contra la opinión de su padre y siempre con su violonchelo azul. Lo que no sabía es que un accidente de tren la haría volver a su país, Suiza. Un accidente cuando viajaba con su amiga Margot y Sebastián, el amor de su vida, quienes perdió en el mismo
Sin su violonchelo azul, sin Margot y embarazada de Sebastián, comenzará su meta por ser directora de orquesta en París. Una mujer, con un niño y en los años 60, ya os podéis imaginar lo que supuso.
Capítulos justos al contenido. Ni más, ni menos. Me encanta. De los libros que te hacen decir, me gusta leer. La música gira en nuestra vida, nos acompaña, siempre está ahí. Palabras que suenan desde Brahms a Beethoven. Palabras que cuentan la superación de Cecile, donde eres capaz de imaginar el movimiento de sus brazos al interpretar cada pieza. Tonalidades para la superación, para conseguir tu propósito.
Y, os preguntaréis, ¿por qué Sabor a Canela? A leer y a disfrutar.
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