domingo, 5 de junio de 2011

No es una afición, es algo más

"Quien no ha visto toros en El Puerto, no sabe lo que es un día de toros” Joselito El Gallo.

Ya se acerca la hora de conocer la nueva temporada taurina y he pensado que qué mejor momento de recordar...

Dibujo del Pintor Juan Lara. Incendio de la 4º plaza.
Con un diámetro de 99,80 m y una altura de 3 pisos, se encuentra en la calle Valdés, la plaza de toros del Puerto de Santa María. De segunda, sí, ¿y?

"Los primeros datos son de 1796 donde ya hacía varios años que venían celebrándose corridas de toros en lo que actualmente es la plaza de la Herrería. Este circo de la plaza de la Herrería era sin duda lo que se conocía por Plaza de Galeras. Hay que pensar que los edificios que cierran aquel espacio por la parte del río no estaban todavía construidos, de modo que la Plaza se asomaba en semicírculo a la Marina, precisamente por aquella parte donde estaría ubicado el antiguo muelle de las Galeras Reales." “Plaza Real” Manuel M. Alfonso

Pero cabe destacar como fecha relevante, 1880, fecha en la que el Puerto de Santa María vería construida la actual plaza que llega hasta nuestros días. Cabía más allá de lo que el Puerto era capaz de albergar, una plaza para la Bahía, una plaza de categoría...

Por eso, para qué guardar imágenes tan interesantes como estas, mejor mostrarlas:
     

Corrida de 1770 (izquierda) y corrida de inaguración en 1880 (derecha).
 


Estas imágenes corresponden a principio de siglo cuando la plaza estaba compuesta por compartimentos en el primer piso.
  


En la década de los 60, la plaza sufrió una reforma de dimensiones considerables: se desarmaron los pisos, se consolidó el tendido, se cerraron puertas del primer piso...

Se realizó una estructura metálica en los pisos y desaparecieron los compartimentos antes mencionados. Entiendo que para darle más cabida a la plaza.



Pero mi intención de esta entrada no es citar una historia de un edificio, ni magnificar algo que ya lo es. No le hace falta que alguien como yo lo haga. Quiero contar una vivencia, la tarde de toros, mi tarde de toros...

Se acerca agosto, tardes de sol y playa, las 6 de la tarde, tarde de toros, pero toros en el Puerto.

Ya suenan los clarines en presidencia ensayando. Cojo mi asiento y mis gafas de sol, porque en mi sitio, que por cierto es primer piso de sol, son dos cosas indispensables. Y con tiempo... A veces y conforme avanza la temporada, más ajustado. 

Gente que te acompaña hasta la plaza "¿vas a los toros?", un cerco de coches alrededor de ella, policías. Expectación por lo que ocurrirá hoy.

"Corrida de expectación, corrida de decepción"
Ten eso en cuenta.

¿Anécdotas? A montones, desde un toro que no paraba de dar vueltas al ruedo y el torero detrás, algún que otro toro que se quería saltar la valla (menos mal que estoy en primer piso), alguna que otra cogida (de Morante, de José Tomás..).

Siempre recordaré a Juan, nuestro antiguo compañero de sitio como le decía a Enrique: "¡Eah! Ya lo han cogido, ya tiene una oreja el Tomás este..."

"Una oreja que no es merecida, si es que estamos en una plaza de segunda donde se regalan las orejas" Alguien añade.

Ya se va acabando la corrida, me habré aburrido más o menos, me habré emocionado, habré aplaudido... Un sin fin de hipótesis que se dan cada tarde del mes de agosto. Variedad. Anécdotas.

No es cuestión de fiesta española, de raza, de leyes que quieran prohibirlos... Es una vivencia, es tardes de agradables compañías, de pipas y sol. De cotilleos, ¡de grandes olés! De emoción.

Simplemente de tarde de toros.



Por último, ¿quién le iba a decir a mi abuelo que su nieta, décadas después, no se perdería una tarde de toros en el Puerto?  Qué me hubiera gustado haber compartido alguna tarde contigo, Sr. Presidente de la plaza.





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