Así, de esta manera, el nocturno tiene una forma A-A'-B-A'-B-A'-C.
Andante, algo totalmente inusual al tratarse de un rondó pero de un resultado de una melodía suave que da la sensación de fluir
lentamente, sin dejar de lado una especie de angustia subyacente,
característica de toda la obra de Chopin.
Aprender a valorar las grandes obras.
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