En esta ocasión, se trata del tercer libro que leo de Daniel J. Siegel y Tina Payne titulado "El cerebro afirmativo del niño".
Al igual que en libros anteriores, insiste en que la clave para ayudar a nuestros hijos cuando pierden los papeles es proporcionarles esta presencia cariñosa y tranquilizadora. Cuando se portan mal muchas veces es porque no saben controlar sus emociones, no porque no quieran hacerlo. Así que antes de intentar darle lecciones, debemos ayudarles a encontrar el equilibro. Esto se consigue con la cercanía, calmándolos, escuchándolos y empatizando con ellos. Entonces es cuando podemos hablar con ellos.
También nos hablan de cómo podemos ampliar su "ventana de tolerancia" y se trata de permitir que afronten las adversidades, sientan decepción y otras emociones, incluso que fallen, enseñándoles con cariño que pueden frustrarse y fracasar y que superar la frustración y el fracaso los hará más fuertes y sabios. Para ello, debemos "destapar" sus habilidades.
Otro de los conceptos tratados en el libro es la de incluir en nuestras frases la palabra "todavía". Cuando dicen "No puedo" o "no quiero", nos insisten en que incluyan la palabra "todavía". "Todavía no puedo". Así mismo, la clave se encuentra en la perspicacia, y se trata de aprender a hacer una pausa en pleno acaloramiento y situarse en la posición del espectador. Consiste en la capacidad de detenerse en el momento presente con la distancia necesaria para ver con claridad, poner las cosas en perspectiva y tomar decisiones sensatas. Para ello, en nuestras vidas hemos tenido que tener personas que nos hayan hablado de esta habilidad y les hayan dado oportunidades para ponerlas a cabo.
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