Empiezo esta entrada diciendo lo MUCHO que me gusta cómo escribe Lucía Galván Bertrand, cómo comunica en sus redes todas aquellas cosas imprescindibles para los niños y nosotros... Un sin fin de cosas positivas que no sólo intento aplicar en mi día a día sino en mis clases.
Como seguramente sabréis, Lucía es una gran escritora que transmite en sus palabras los sentimientos, experiencias que ella misma ha pasado enlazadas por sus conocimientos como pediatra.
En este libro nos ilustra desde el momento del parto hasta la adolescencia. Es cierto que muchos de sus libros repite situaciones y conocimientos que nos transmite, pero es tan sencillo de leer y tan agradable, que no te importa.
Se trata de un libro de los de releer ya que se ha separado en pequeños capítulos situaciones como las rabietas, los límites, temas de guardería, gritos, catarros, fiebres, las etiquetas, el autismo, separación de los padres, el peso, el autoestima y por supuesto, su situación actual, la adolescencia.
Como siempre, me gusta dejar plasmada alguna de las experiencias que cuenta. En esta ocasión, nos narra cómo le puso tomate a un plato de arroz para su hijo y el niño empezó a gritar que hoy no quería. Ella le contesta: Vaya hombre, justamente hoy no tenía la bola de cristal a mano para preguntarte. Y mira tú por donde que me he equivocado y le he echado tomate.
En la misma línea que Siegel, nos indica el modo en el que proceder sin sobresaltos. Esperar, no negociar, no perder la razón, ponernos junto a él y cuando esté más tranquilo, conectar con él.
Un precioso e ideal libro para leer por partes o releer en los momentos que lo necesites a modo de búsqueda y recordatorio en situaciones "EXTREMAS" o de agobio emocional. Recurrir de vez en cuando a él no está nada mal.
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