martes, 20 de septiembre de 2022

Rabietas - Miriam Tirado

Hablamos de "Rabietas". Libro de Miriam Tirado. Al igual que en libros anteriores, me quedo siempre con frases que describen lo que más me ha gustado de los libros. No se trata de dar mi opinión, sino de puntualizar en elementos clave que nos ayuden a describir el cometido del libro. 

He comprendido que "cuando estallan en rabietas, sufren. No lo hacen a propósito ni para fastidiar. Están sufriendo y sienten muchísimo malestar. A veces a los adultos nos cuesta comprender que ellos sufren cuando se ponen así, porque quizá al cabo de un poco rato vuelven a estar riendo".

Además, tenemos que entender que "Ellos ven el mundo desde otro lugar, desde otra edad, otra experiencia y otro prisma". De hecho, lleva razón en que para nuestros niños, el juego es una necesidad básica. Muchas veces no nos apetece, estamos cansados, pero el simple hecho de decirles "voy a jugar contigo", les cambia la cara. 

Al igual que en el libro de Siegel, Miriam nos habla de que "siempre que tu peque estalle en rabieta, decida unos segundos a averiguar si hay alguna necesidad básica que no ha sido cubierta. Muy probablemente la encontrarás y, tendrás la mitad del camino hecho". 

Además, hay un momento que me pareció especial del que aprendí muchísimo y es el que su hija no paraba de llorar. Lo describe de la siguiente manera: "Ella, entre sollozos y muy sabiamente, me contestó con una frase que a mí me devolvió los pies a la tierra en una décima de segundo: Es que todavía no he terminado de llorarlo todo (dijo su hija). ¿Quién se creía que era yo para decidir cuándo mi hija debía o no dejar de llorar? ¿Qué sabía yo de las cosas que estaba llorando en esas lágrimas? ¡Qué arrogancia, la mía, de pensar que podía decidir cuándo ella debía o no acallar su llanto! Me quedé KO. Callé. Escuché por fin su llanto y esperé. Esperé un momento mientras reflexionaba sobre el zasca que me acababa de dar y dije: Perdona, tienes toda la razón, yo no puedo saber cuándo has sacado ya todas las lágrimas que necesitas sacar. Nunca más te volveré a decir que pares de llorar. Lo siento". Incluso, qué cierto es que hay veces que necesitan estallan, llorar y qué bien se duermen después. ¿O no lo has pensado nunca?

También nos invita a reflexionar si ante una rabieta lo que vamos a decir ayuda o empeora la situación. Si se trata de la segunda opción, es mejor parar, respirar y no decir ni hacer nada.

Como me pasa en este tipo de libros, hay una situación que me pasa diariamente y es la del baño cuando voy a lavarle la cabeza. Al igual que a la hija de Miriam, a mi hija no le gusta lavarse el pelo. Miriam le pregunta a su hija que por qué no llora más que con ella cuando le lava la cabeza y su hija le contesta: No, mamá, sigue sin gustarme con nadie, pero contigo tengo más confianza para decir lo que siento, que es que me molesta mucho. 

Por último, me ha resultado muy interesante en ese razonamiento que nos ayuda a pensar en que una rabieta es un momento de conexión y una oportunidad para crecer y entender. Nuestros hijos necesitan testar la realidad y saber qué sí y que no, cómo son las cosas, que descansen, que sepan qué es lo importante, si no queremos que coja algo no se lo dejemos a su alcance, evitaremos estar diciendo constantemente que NO. Además, si gritan, hablemos flojito cuando sintamos que es importante hablar, incluso si sigue gritando, lo mejor es quitarnos de donde estemos y canalizar ese grito. 

Me quedo con esta frase "Ante el mal humor, lo mejor es una buena dosis de humor" y estas palabras clave: Conectar, validar y redirigir ayudando.

Os dejo el enlace a su charla del BBVA que es maravillosa: 



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